El blog de...

Hace algún tiempo los vecinos colindantes a la Avenida de Brasil veíamos como un vehículo gris lanzaba multitud de luces tipo flash.

Algunos pensaban que era alguien que disfrutaba del paisaje y la naturaleza y fotografiaba las aves; otros pensaban que, dado que la mayor parte de los vecinos son parejas jóvenes, las fotos respondían a las continuas bodas que se producían.

Ni unos ni otros; tales fotos eran del vehículo radar camuflado de la Policía Municipal de Leganés que, cada vez que paraba en la Avenida de Brasil, se hinchaba a poner multas por exceso de velocidad.

Es una vía apetitosa para correr, pero no olvidemos que las normas están para cumplirlas (no más de 40 kilómetros por hora) y que por esa calle hay muchas personas, niños y animales de compañía que sufren atemorizados como los coches les rebasan a una velocidad inadecuada.

Qué buenos tiempos para las arcas municipales con tanta multa por exceso de velocidad. Pero eso ya es pasado. Ahora, tras poner dos pasos de cebra elevados muy alejados el uno del otro, los pésimos conductores, no digo todos, sólo esos imprudentes que no saben o se les olvida que es a 40 por hora, pegan  bruscos acelerones.

Y el acelerón conlleva más rugido de motor; y el motor supone ruidos infernales. ¿Y el radar?, desaparecido.

Entre ruidos y velocidad vivimos casi trescientos vecinos hartos de la apatía e inapetencia del Ayuntamiento de Leganés.

Querido radar que estas en los cielos… vuelve y pon un poco de cordura.